La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas. Pues nos encontramos que la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las cosas. En unas más y en otras menos. Pero este más y este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy bueno, muy noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente verdaderas, son seres máximos, como se dice en II Metaphys. Como quiera que en cualquier género, lo máximo se convierte en causa de lo que pertenece a tal género -así el fuego, que es el máximo calor, es causa de todos los calores, como se explica en el mismo libro —, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de su existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios.
Santo Tomás de Aquino, Summa Teológica, I-II
Esta exposición de Santo Tomás consta de ciertos huecos sin cubrir. Demuestra la existencia de Dios como algo necesario, dado que todas las propiedades y/o atriutos humanos son creados a partir de un máximo, que es Dios. Propone como ejemplo el fuego, y que todo lo caliente sería una aproximación al mismo. Pero he aquí la cuestión. Si existe un máximo al que tienden las propiedades, ¿existe un mínimo del que parten?. Por lo tanto las propiedades partirían de la nada, lo cual es imposible. De ello se deduce que de existir Dios, ha de ser eterno, ya que no puede existir nada. La teoría de Santo Tomás vedría a definirse como la existencia de Dios demostrada por un avance progresivo en las facultades, intentando tender a un máximo. La solución no tendría mínimo, sino que se le considera como la falta de desarrollo de las facultades, atriutos o propiedades dichas anteriormente.